La mayoría de las personas físicas y sociedades en España no están bien informadas sobre los impuestos que deben pagar y cómo se generan. Esto conlleva a que la contabilidad que realizan no sea la más adecuada y los coloca en una situación vulnerable frente a las revisiones por parte de Hacienda. 

Conoce algunos consejos para llevar una disciplina fiscal más eficiente y poder ahorrar en los impuestos de tu empresa.

La importancia de una buena contabilidad

En comparación con el promedio Europeo, las empresas españolas pagan más impuestos, entre el 50% y el 60% de sus ganancias brutas. De manera generalizada se tiene la idea de que se tributa menos, dado que solo se tiene en cuenta el Impuesto de Sociedades.

Sin embargo, hay diversos gravámenes más que hacen que el total del tributo sea complejo. Para entender cuáles son los impuestos que debe pagar una empresa, hay que distinguir entre dos clases:

  • Los impuestos indirectos
  • Los impuestos directos

La diferencia entre unos y otros se basa en la manera en que son cobrados. Los impuestos indirectos se pagan de manera natural e inconsciente al comprar o adquirir un servicio. El mejor ejemplo es el IVA, que se agrega de manera automática a los productos que consumimos y no tenemos que hacer nada más.

Por el contrario, los impuestos directos son aquellos que requieren un proceso de preparación consciente y minucioso. Estos se cobran sobre las ganancias, producido, patrimonio y demás bienes que posee o adquiere la empresa como consecuencia de su actividad económica.

 

Impuestos directos

Entre los impuestos directos que deben pagar las empresas se encuentran los siguientes:

  • Impuesto de Sociedades IS. Se cobra de manera anual a las empresas por las ganancias de sus actividades. 
  • Impuesto de Actividades Económicas. De manera similar se cobra en relación con las ganancias, pero no aplica solamente a empresas sino a todo tipo de actividades, con algunas excepciones.
  • Impuesto sobre las Personas Físicas IRPF. Lo pagan tanto las personas como las empresas, pero la obligación de las empresas es más exigente. Dependiendo de las ganancias, se debe presentar trimestralmente o incluso mensualmente, además de la vigencia anual.

El IRPF se calcula con base en el salario devengado por los trabajadores, pero hay algunas maneras de poder reducir su cuantía de manera legal. Con la adecuada asesoría fiscal, es posible mejorar el rendimiento de una empresa y disminuir los deberes relacionados con el pago del IRPF.

Reduce el IRPF de tu empresa

Para disminuir de manera legal el monto que tu empresa debe cancelar por motivo del IRPF, puedes acogerte a las siguientes opciones:

  • Deducciones de las Comunidades Autónomas. El IRPF es un impuesto compartido entre el Estado y las Comunidades. Estas tienen cierta libertad en el momento de proponer beneficios para incentivar políticas, tales como el ahorro y la eficiencia energética.
    Consulta cuáles son las deducciones que le aplican a tu empresa, anota los gastos y conserva los recibos.
  • Utiliza los pagos en especie. Solo los pagos monetarios están sujetos al gravamen, así que una alternativa es dar bonos de beneficios en especie a tus empleados por un porcentaje de su salario.
  • Realiza donaciones. Un porcentaje de las donaciones que realices podrá ser deducido del monto total a pagar.

Estas son solo algunas de las estrategias que puedes utilizar para disminuir el costo del IRPF. De manera general, una planeación adecuada y anticipada y la asesoría fiscal correcta te ayudarán a estar preparado para ese momento.

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