¿Qué son los biocombustibles? Tipos e importancia contra el cambio climático


Última edición el 29 de octubre de 2025, 11:54
Redactora en energía
Titular de un doble máster en Comercio Internacional y Marketing, cuenta con una experiencia de 2 años en el sector energético. Especializada en redacción de artículos de fondo y de actualidad sobre temas de la energía y control del consumo.
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Encuentra toda la información necesaria sobre el biocombustible: Desde los tipos, hasta el orígen, los proyectos e inversiones a largo plazo en España y los desafíos y limitaciones que enfrenta este combustible sostenible.
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A diferencia de los combustibles fósiles, los biocombustibles se producen a partir de plantas, cultivos, desechos y hasta microorganismos. La característica fundamental de los biocombustibles radica en que provienen de materias primas que se regeneran con el tiempo, lo que los convierte en una fuente de energía renovable.
Estos biocombustibles tienen como objetivo el proveer de combustible a todo tipo de medios de transporte ofreciendo una alternativa a el habitual uso de combustibles fósiles en el sector.
Además, un ventaja significativa de los biocombustibles es que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que generan son biogénicas. Esto implica que estas emisiones se compensan con el secuestro de CO2 durante el ciclo de crecimiento de la biomasa utilizada para producir estos combustibles.
Los biocombustibles incluyen el biodiésel, varios tipos de bioalcoholes como el bioetanol y el biobutanol, biogás, gas de síntesis y combustibles sólidos como la madera y el carbón vegetal. Estos se dividen en cuatro categorías principales:
| Tipo de biocombustible | Descripción breve |
| Primera generación | Producidos a partir de cultivos alimentarios como soja o palma; poco sostenibles. |
| Segunda generación | Hechos con residuos agrícolas y aceites usados; más sostenibles. |
| Tercera generación | A base de microalgas; alta productividad pero aún sin uso comercial. |
| Cuarta generación | Usan microorganismos modificados para capturar CO₂; en fase experimental. |
Los biocombustibles convencionales, también conocidos como biocombustibles de primera generación, se producen a partir de cultivos alimentarios cultivados en tierras agrícolas. Aunque puede parecer redundante, es importante hacer esta aclaración.
Ejemplos de estos combustibles incluyen aquellos derivados de cultivos como la soja o la palma, los cuales no son precisamente conocidos por su respeto al medio ambiente. Lamentablemente, en la actualidad, la mayoría de los biocombustibles que utilizamos pertenecen a esta primera generación.
Estos biocombustibles se producen a partir de biomasa, derivada de materiales vegetales como cultivos leñosos, residuos agrícolas y desechos de cultivos alimentarios que ya han cumplido su función principal, así como de grasas animales.
Aunque el uso de este biodiésel reciclado es todavía limitado, es más sostenible que el de primera generación porque no requiere tierras de cultivo específicas y reutiliza residuos.
Estos biocombustibles podrían producirse a partir de algas ricas en aceite, con un contenido de entre el 20% y el 50%. Sin embargo, esta producción aún no se ha desarrollado a nivel comercial.
Esta nueva generación se centra en la ingeniería genética de microorganismos para optimizar la captura y almacenamiento de CO₂. Aunque estos biocombustibles aún no se comercializan, ya existen plantas piloto en Brasil y Estados Unidos.
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Los biocombustibles avanzados, como fuentes de energía renovable, representan una alternativa sostenible que puede emplearse en los vehículos de combustión actuales sin necesidad de realizar modificaciones, aprovechando las infraestructuras existentes de distribución y repostaje. Constituyen una solución especialmente relevante para sectores del transporte difíciles de electrificar, como la aviación, el transporte marítimo y el transporte pesado por carretera.
El uso de estos combustibles contribuye a reducir las emisiones de CO₂, ya que el dióxido de carbono liberado durante su combustión equivale al absorbido por las materias primas durante su crecimiento. De este modo, se promueve una movilidad más limpia y una descarbonización acelerada, sin depender exclusivamente de la renovación de la flota con vehículos eléctricos. Además, ofrecen a los consumidores la posibilidad de disminuir sus emisiones de forma inmediata, adaptándose a sus necesidades energéticas actuales.
Además, la producción y distribución de biocombustibles avanzados pueden llevarse a cabo en infraestructuras industriales ya existentes, lo que impulsa el desarrollo tecnológico, la competitividad del sector y la creación de empleo de calidad, especialmente en zonas rurales. Asimismo, favorecen la economía circular y fortalecen la independencia energética del país, al permitir la generación local de energía a partir de materias primas autóctonas.
El campo de los biocombustibles ha visto un progreso notable en tecnología, aumentando tanto la eficiencia como la sostenibilidad. Los métodos de producción han avanzado, lo que permite utilizar una mayor diversidad de materias primas y mejorar la calidad de los biocombustibles.
La tecnología en biocombustibles ha mostrado un avance continuo, perfeccionando la conversión de materia orgánica en energía. Desde las técnicas iniciales de fermentación de biomasa para producir etanol, se ha evolucionado hacia métodos más avanzados como la conversión termoquímica y enzimática.
Para producir los biocombustibles existen dos rutas, las rutas bioquímicas o termoquímicas.
A pesar de que el biocombustible pueda parecer fácil en la práctica en comparación con la producción de otros métodos sostenibles energéticos, presenta grandes desafíos y limitaciones a día de hoy.
La producción de materias primas vegetales para biocombustibles suele concentrarse en ciertas regiones debido a varias razones, principalmente porque algunos cultivos prosperan mejor en determinadas áreas. Al seleccionar una región para esta producción, se deben considerar varios factores:
| Factores | Explicación |
| Uso del Agua | Es crucial minimizar el uso de agua, especialmente en regiones áridas donde este recurso es limitado. |
| Impacto Invasivo | La introducción de cultivos que desplazan plantas locales puede poner en riesgo la biodiversidad y dañar los ecosistemas. |
| Requerimientos de Fertilizantes | Algunas plantas necesitan menos nutrientes, lo cual es preferible para reducir el uso de fertilizantes. |
| Condiciones Climáticas | En regiones con climas extremos, como frío intenso o sequía, es difícil cultivar plantas para biocombustibles. |
Uno de los problemas críticos de cultivar para biocombustibles es que estas tierras podrían destinarse a la producción de alimentos. Con una población mundial en crecimiento, la competencia por tierras agrícolas es cada vez más intensa.
Cambiar el uso de la tierra para cultivar materias primas para biocombustibles tiene varias desventajas ambientales:
| Desventajas | Detalles |
| Destrucción de Hábitats | Se destruyen hábitats y microecosistemas al despejar la vegetación local. |
| Intensidad Energética | Limpiar la tierra requiere mucha energía, lo que conlleva emisiones contaminantes. |
| Contaminación por Fertilizantes | El uso de fertilizantes en los nuevos cultivos puede contaminar el suelo y las vías fluviales. |
Utilizar tierras ya disponibles para la producción de biocombustibles es una solución parcial, ya que reduce el área disponible para la producción de alimentos. Sin embargo, es preferible a la deforestación y la destrucción de hábitats.
En esta última década, España está invirtiendo en un gran número de proyectos nacionales en los que se impulsa tanto la producción de biocombustible como la distribución industrial a gran escala, a continuación te presentamos algunos de los proyectos más importantes:
Repsol está levantando la primera instalación de biocombustibles avanzados en España, ubicada en Cartagena, lo que motivó la reciente visita del Presidente de la compañía, Antonio Brufau. Con la meta de alcanzar cero emisiones netas para el año 2050, Repsol destinará 200 millones de euros a esta planta, que generará 250.000 toneladas anuales de biocombustibles avanzados como biodiésel, biojet, bionafta y biopropano.
La planta contará con unidades de hidrotratamiento para la producción de hidrógeno y diversas áreas de almacenamiento. Desde el inicio del proyecto, Repsol ha invertido más de 72 millones de euros en trabajos de ingeniería preliminares, adquisición de equipos y contratación de empresas auxiliares.
Huelva (España) (EuroEFE) - Cepsa y Bio-Oils colocaron el viernes la primera piedra de lo que será la mayor planta de biocombustibles de segunda generación (2G) en el sur de Europa. Situada en Palos de la Frontera (Huelva, suroeste de España), esta instalación representará una inversión de 1.200 millones de euros y generará 2.000 empleos, tanto directos como indirectos.
Esta planta, diseñada para producir anualmente 500.000 toneladas de combustible sostenible para aviación (SAF) y diésel renovable (HVO) de manera flexible, está prevista para entrar en funcionamiento en 2026. La joint venture formada por Cepsa y Bio-Oils permitirá duplicar su capacidad de producción actual con esta instalación.
Preguntas frecuentes sobre los biocombustibles