La reciente victoria de Donald Trump para un segundo mandato en la presidencia de Estados Unidos ha despertado preocupación e incertidumbre en múltiples sectores, especialmente en el energético y el de las energías renovables. Con sus promesas de dar prioridad a los combustibles fósiles y su intención de revertir avances en políticas ambientales, los expertos se preguntan qué cambios traerá su mandato. A continuación, exploramos cómo esta victoria afecta el mercado de la energía, las inversiones en renovables, y el futuro de los acuerdos climáticos internacionales.

¿Qué significa la victoria de Trump para el futuro de las energías renovables en EE.UU.?

Con Trump al frente, el futuro de las energías renovables en EE.UU. es incierto. Su enfoque en los combustibles fósiles y sus intenciones de facilitar las perforaciones petrolíferas y la extracción de gas marcan un contraste con la administración anterior, que promovió la Ley de Reducción de la Inflación (IRA). Esta ley, que asignó 361.000 millones de dólares para inversiones en energías limpias, ha sido fundamental para el crecimiento de las renovables en EE.UU., apoyando la creación de empleos e incentivando proyectos en estados que hoy dependen del desarrollo sostenible.

Si Trump deroga la IRA, las consecuencias serían significativas. Inversiones proyectadas en energía limpia hasta 2050 estarían en riesgo, afectando el crecimiento del sector y reduciendo el PIB anual de EE.UU. en un 1% para 2030. Además, esta posible derogación enviaría una señal negativa a las empresas y sectores que, actualmente, dependen de las políticas de sostenibilidad para asegurar su financiamiento y expansión en el mercado.

¿Por qué el mercado global de energía también se ve afectado?

La influencia de EE.UU. en el mercado energético mundial es enorme, y las políticas de Trump podrían generar efectos dominó en otros países. Con su enfoque en impulsar la producción y exportación de gas natural licuado (GNL), los precios globales del gas podrían experimentar una reducción en los próximos años. Los analistas prevén una posible caída del 7% en el precio del gas en Europa, llegando a 29 €/MWh para 2030. Esto podría deberse a un aumento de las exportaciones de GNL, especialmente si Trump elimina las restricciones actuales.

Cabe señalar que el impacto directo de las políticas energéticas de Trump concretamente en España podría ser más limitado. Esto se debe a que aunque las políticas de exportación de EE.UU. puedan afectar los precios globales, España sigue dependiendo principalmente de proveedores como Argelia, tal y como se puede observar en la evolución de las importaciones de gas natural en España por país de procedencia desde 2004.

Sin embargo, la incertidumbre en torno a las relaciones internacionales de EE.UU. bajo el mandato de Trump plantea dudas sobre el flujo de gas hacia Europa y Asia, regiones clave en la importación de este recurso. La demanda de Asia, impulsada por países en desarrollo, podría amortiguar cualquier disminución de precios, y factores adicionales como el tránsito de gas ruso a Europa y la producción interna de países como Noruega seguirán jugando un papel importante en el mercado.

¿Qué pasará con los proyectos de energía eólica marina?

Trump ha manifestado su oposición a los proyectos de energía eólica marina, tachándolos de “costosos” y dañinos para el medio ambiente. Esta postura pone en riesgo una industria que ha crecido rápidamente en los últimos años. Las empresas que invierten en energía eólica marina han prometido colaborar con la administración, aunque existe preocupación por la posibilidad de que Trump elimine o reduzca los créditos fiscales y las protecciones legales de esta energía.

A corto plazo, los proyectos eólicos en construcción en la costa este de EE.UU., como el parque Block Island y el proyecto Coastal Virginia, probablemente seguirán adelante. Sin embargo, las inversiones futuras y los proyectos en planificación podrían encontrar obstáculos. Trump podría bloquear nuevos arrendamientos marinos o rescindir aprobaciones previas, lo que complicaría la expansión de la energía eólica marina. Estos cambios reflejan una mayor tendencia hacia los combustibles fósiles, afectando así la estrategia de descarbonización que persiguen muchos países.

¿Cómo afecta la victoria de Trump a los compromisos climáticos globales?

Trump ya se retiró del Acuerdo de París en su primer mandato, y ahora ha mostrado interés en desvincular a EE.UU. de compromisos internacionales sobre el cambio climático, incluyendo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC). Esta decisión podría tener un impacto considerable en los esfuerzos globales para reducir las emisiones de carbono, ya que EE.UU. es uno de los mayores emisores de CO₂ del mundo. Sin un compromiso activo de EE.UU., la capacidad de alcanzar los objetivos de reducción de emisiones a nivel mundial se vería comprometida, afectando acuerdos y objetivos compartidos.

Además, la política aislacionista de Trump podría influir en la cooperación internacional en temas climáticos. Con un liderazgo que no prioriza el cambio climático, es posible que otros países también disminuyan sus esfuerzos, lo que generaría una descoordinación global en la lucha contra el calentamiento global. Los expertos advierten que estos cambios podrían tener un impacto duradero en la efectividad de las políticas ambientales a nivel internacional.

¿Cómo afectará la victoria de Trump a las empresas renovables?

El retorno de Trump a la Casa Blanca ya ha generado efectos visibles en el mercado de valores, con una caída de empresas del sector renovable. Acciona, Solaria e Iberdrola, entre otras, experimentaron retrocesos en la Bolsa debido a su exposición en el mercado estadounidense. La política energética de Trump, centrada en el apoyo a los combustibles fósiles, podría limitar las oportunidades de crecimiento para estas empresas en EE.UU., haciendo que los inversores reconsideren el riesgo asociado a este mercado.

No obstante, algunas empresas de renovables han anunciado su compromiso de seguir con sus proyectos y de colaborar con la administración para garantizar su continuidad. Aunque existe optimismo por parte de algunos sectores de que la tendencia hacia la energía limpia continuará, las nuevas restricciones y la posible eliminación de incentivos fiscales complican el panorama para las renovables. Esto plantea un escenario en el que las empresas deberán adaptarse y buscar alternativas para no perder el impulso de las energías limpias, especialmente en un contexto donde los combustibles fósiles vuelven a tener protagonismo.

La victoria de Trump representa un cambio significativo para el sector energético y las energías renovables. Las políticas orientadas hacia los combustibles fósiles y la reducción de regulaciones ambientales podrían afectar el crecimiento de las renovables, tanto en EE.UU. como a nivel global. A medida que el mundo observa los próximos pasos de su administración, queda claro que los actores en el sector energético enfrentarán nuevos desafíos y deberán adaptarse a un contexto de incertidumbre.

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